Cuando Tiger Woods irrumpió en el mundo del golf profesional a mediados de 1996, pocos podían creer lo largo y preciso que pegaba este joven de tan solo 20 años. Muchos recuerdan su primer major unos meses más tarde en Augusta 1997 donde destrozaría la cancha batiendo varios récords: ganando por 12, haciendo el score más bajo hasta hoy de -18 (que luego empataría Jordan Spieth en 2015) y convirtiéndose en el primer hombre de color en ganar un Grand Slam. Sin dudas, un antes y un después en el mundo del golf.
¿Es el caso de Bryson DeChambeau una nueva revolución, 23 años más tarde? “Esta victoria es muy emocional para mí. Cambié mi cuerpo, cambié mi cabeza sobre el juego y pude ganar jugando con un estilo completamente diferente” expresó Bryson, el domingo después de su sexto título en el Tour y el primero desde esta transformación.
Promedio de drive por arriba de 350 yardas, incluyendo el balazo de 367 yardas en el último hoyo para ganar. Hierro 8 desde 230 yardas. Par 5’s de más de 600 yardas que pasaron a ser de juguete. Y hasta un par 4 de 399 yardas donde esperó a que despejaran el green para pegar. El científico lo estudió todo y hace ya casi un año se propuso un plan para aumentar su masa muscular. ¿La ecuación? Simple. Ganar músculo le permitiría aumentar la velocidad de su swing y por consiguiente la de su pelota haciendo que esta volara más lejos. Tirando siempre desde más adelante que el resto sería más fácil dejar la pelota cerca y darse más oportunidades de birdie.
Blanco de muchas críticas sobre todo después de este receso, parecía que estaba al caer una victoria del científico pero muchos dudaban realmente de sus teorías. Los números lo avalan: 1° en score acumulado desde la vuelta en el Colonial Country Club. Además, 7° Top-10 en forma consecutiva: T-5, 2°, 4°, T-3, T-8, T-6 y 1°. Esta semana no solo estuvo primero de tee al green sino que estuvo primero en golpes ganados sobre el green, algo que no se daba desde 2014. ¿Cómo vencer a alguien así?
Mismo largo de palo para todos sus hierros, grips anchos (los famosos JumboMax) y ángulos de impacto hiper-calculados, DeChambeau ya nos tiene acostumbrados a aplicar sus conocimientos físicos y desafiar los límites. Pero esta transformación de su cuerpo y el nuevo estilo que propone amenazan a su vez a muchas canchas de golf que quedan con sus trazados en jaque. ¿Cuál es el límite? ¿Es esto un antes y un después en el mundo del golf?
Por Federico Pont – No Está Dada
Créditos de imagen: The Sun