Podemos encontrar muchos significados del término sustentabilidad, creo que el denominador común de todos son los siguientes conceptos: recursos + tiempo + naturaleza + acción del hombre.
El delicado equilibrio de todos estos factores es el que hace que algo sea o no sustentable o sostenible. Siendo curiosa y haciendo un trabajo fino, decidí buscar regalos eco-friendly, ecológicos y afines.
Para mi sorpresa, me encontré con que la mayoría de las propuestas tienen que ver con plantas, semillas, productos orgánicos como ser cremas, jabones, indumentaria, productos veganos, etc.
En la gran mayoría de los casos, se trata de productos nuevos, creados bajo el concepto de no afectar negativamente el entorno.
El planteo para reflexionar es qué hacemos con nuestros desechos.
Volviendo al concepto de sustentabilidad, los desechos representan la consecuencia de las acciones humanas que no contemplan el equilibrio entre los recursos naturales y el largo plazo.
Siendo que, según una nota del Cronista, cada dos segundos en Argentina se produce una tonelada de basura, quizás podríamos repensar:
“¿Qué otros regalos se podrían diseñar que contemplen la reutilización de los materiales que se descartan?”.
Esto permitiría reducir la acumulación y prologar la vida útil a esos componentes. Es claro que la cultura actual de consumo desmedido va en contra de este proceso, no obstante, la movida consciente a favor del cuidado de medio ambiente va creciendo y sumando adeptos.
Telas antes del reciclado
Animarse a comprar productos sustentables y más siendo regalos, implica tener en cuenta algunas consideraciones, esto en base a mi experiencia personal en el rubro:
- Calidad: por ser sustentable no significa que es de inferior calidad. Esto se relaciona al punto siguiente. Chequear en todo caso con el fabricante o proveedor sobre la materialidad, durabilidad o conservación del mismo.
- Precio: dado que es de calidad, su precio debería ser de mercado, no podemos esperar que sea “barato” por contener elementos reciclados. Incorporarlos al proceso productivo, suele implicar un tratamiento de los mismos que tiene sus costos.
- Packaging: tiene que ir alineado al concepto de sustentabilidad.
- Unicidad: entender que cada producto es único y tiene un valor especial por esa misma razón. Además, su elaboración implica una gran inversión en innovación.
- Embajadores: cuando hacemos un regalo de este tipo, somos un ejemplo para los que nos rodean, su efecto multiplicador es invalorable.
Para concluir, los desafío a ir un poco más allá de lo que comúnmente se hace al momento buscar un regalo sustentable. Cada uno desde su lugar es un agente posible de cambio, posible porque depende de nuestras elecciones.
Sí, cada acción vale y cuenta más de lo que creemos.
Por más que pueda sonar a moda, si el efecto es sostenido en el tiempo, se puede convertir en un hábito, y lo que comenzó como un acto aislado, se convierte en modo de vida.
Imaginate el impacto que podría tener si esto se replica en cada uno de nosotros?