La Desinformación en Tiempos de Pandemia

¨No aprendemos más¨ diría mi abuela. En Argentina, lo vimos venir y no supimos anticiparnos a la llegada del covid19 (popularmente coronavirus) ni con el ¨diario del lunes¨.

¨No aprendemos más¨ diría mi abuela. En Argentina, lo vimos venir y no supimos anticiparnos a la llegada del covid19 (popularmente coronavirus) ni con el ¨diario del lunes¨. 

El virus que tuvo su origen en China se expandió transformándose en pandemia, poniendo en jaque a los gobiernos de todo el mundo, obligándolos a decidir en la justa medida entre el cuidado de la salud de sus habitantes y la preservación de la economía que los sustenta.

¿Cómo armar ese equilibrio? ¿Qué experiencia tienen los líderes protagonistas de esa toma de decisiones? ¿Cómo lograr que una economía funcione si a la fuerza humana se le pide que se quede en su casa? El mundo está  en ¨stand by¨ y las consecuencias de esas decisiones están hoy sobre nuestra mesa.

Y ¿qué ocurre cuando aparece una situación de crisis? Aparecen los ¨expertos¨, no lo dude, siempre es así.  Hablan, aconsejan, opinan y comentan, la mayoría sin conocimiento.  Y no falta el MEDIO de comunicación que se anima a publicar incongruencias y afirmaciones insostenibles.

Elegimos un rubro y un medio para nuestro análisis, donde vemos claramente cómo la equivocada e incompleta información puede generar malos entendidos y aumentar la incertidumbre.  

Pizzerías en tiempos de Pandemia

Una nota periodística consistente, que no persigue otra intención más allá de informar, tendría en el caso que analizaremos, tres partes:

La voz que acusa, la voz que recibe el reclamo y por último la voz del intermediario o testigo. 

Si alguna de ellas falta, estaríamos entonces frente a la manifestación de una opinión que podría entenderse como tendenciosa, imparcial y hasta difamatoria. ¿Será que esconde algún interés?

El portal laizquierda.com publicó, el pasado 18 de abril, una nota que afirma con su título ¨Dueños de más de 100 pizzerías del conurbano zona oeste no pagan salarios¨.  En su epígrafe señala con nombre y apellido a dos personas como únicos dueños de varias pizzerías de la zona y para hacer más explícitos, colocan la foto de cuatro pizzerías: Tokio, La Vaca Lechera, Camoron y Benjamín.

pizzerias

Este portal tuvo acceso a la voz de los empleados, de los dueños reales de estas pizzerías y por supuesto a las acciones que el Sindicato tomó.

Las casas de comida mencionadas no tienen relación entre sí, ya que pertenecen a sociedades comerciales distintas e integradas por varios socios. La mayoría compuesta por inmigrantes que cuentan en primera persona lo que es tener NADA y privarse de TODO.  Aquí surgió la primera pregunta ¿por qué señalaron a Benjamín Cuadra y a Francisco Gallicchio cuando ellos no son los dueños?

La Pizzería Tokio, se encuentra en el corazón de Morón, cuenta con un gran salón pero no trabaja hasta la fecha bajo la modalidad de delivery. El mismo día que se anunció el aislamiento social cerraron temporalmente y abonaron el 100% de los sueldos de marzo. Resulta destacable la actitud de los empleados, quienes manifestaron al unísono estar a disposición de la empresa para continuar trabajando, proponiendo comenzar a hacer entregas a domicilio.  Sin ánimo de hacer futurología, con un equipo de empleados así, nos animamos a augurarles una pronta recuperación.

Benjamín y La Vaca Lechera también pagaron el 100% de los sueldos de marzo y ambas cerraron sus puertas.  Esta semana, La Vaca Lechera logró organizar la modalidad delivery que hasta el momento tampoco tenía y así abrió sus puertas nuevamente.

Y dejamos para el final a Camoron, un caso especial y tal vez el más difícil.  Este local añoso está ubicado frente a la Estación de Trenes de Morón. Anunciada la cuarentena, el delegado comunicó a viva voz: ¨No venimos mas¨. La empresa los convocó para continuar operando bajo la modalidad permitida, garantizando los elementos de protección indicados por el Protocolo, pero fue rechazada aludiendo las palabras del Presidente, sin tener en cuenta que el mismo determinó excepciones. Algunos empleados, número insuficiente para abrir, comunicaron su intención de concurrir, pero expresaron que ¨algunos compañeros no los dejaban¨. A la fecha, Camoron no logró abrir sus puertas y durante los días del mes de marzo que estuvo funcionando, entregó adelantos de sueldo  como usualmente lo hacen cada vez que los empleados así lo solicitan. 

Los accionistas nos contaron que el local no reparte utilidades desde hace años, pero que ninguno se animó a tomar la decisión de cerrar definitivamente.  Si bien quisieron mantener la fuente de trabajo hoy no pueden afrontar las consecuencias de esta crisis y lo que más les hace dudar con respecto al futuro, es la falta de predisposición de los empleados. Están a la espera de la ayuda salarial que prometió el gobierno.        

El accionar del Sindicato de Trabajadores Pasteleros, Servicios Rápidos, Pizzeros, Confiteros, Heladeros y Alfajoreros (STPSRPCHyA) podemos dividirlo en dos momentos.  Primero, tal vez apresurados, enviaron un banner que se entendió como un aval a la adhesión a la cuarentena.

Pero seguidamente, dispusieron a las empresas el protocolo que debían cumplir para trabajar y trataron de involucrarse en la relación Empresas – Empleados para mediar entre las necesidades y posibilidades de ambas partes. Con ellos están en conversaciones sobre el caso particular de Camoron y esperan un resultado productivo. 

El portal baenegocios.com publicó una extensa nota sobre el mismo tema, con  información imprecisa y señalando también en forma difamatoria a Benjamín Cuadra y a Francisco Gallicchio.  Pero seguramente, al igual que lo deberá hacer laizquierda.com procederán a retractarse y a emitir las disculpas necesarias.

No somos expertos ni tenemos, parafraseando a Alejandro Sanz, “remedios para todos los dolores”. Pero está claro que, para que un barco no se hunda y llegue a buen puerto, será indispensable la colaboración activa de todos. La frase de moda “de esta salimos juntos” deberá ser tomada en serio y con responsabilidad, de lo contrario, será difícil ver la luz del faro.