El nuevo calendario del PGA Tour trajo consigo diversas aristas:
Torneos que se han pospuesto, reestructurado o también cancelados. Dentro del último grupo, el Zurich Classic of New Orleans es la disputa que comenzaría este jueves, si la situación del COVID-19 no hubiese acontecido.
Un torneo definitivamente particular, en primer lugar por su historia. Disputado desde 1938 pero con ciertas interrupciones en el medio, ha pasado por cuatro campos de golf diferentes, hasta establecerse definitivamente en el año 2005 en el TPC Louisiana de Avondale. Curiosamente, tuvo que interrumpir el host para el año 2006 por los daños producidos por el recordado Huracán Katrina, volviendo sin problemas en el 2007.
El formato de juego es sin dudas lo más interesante. Hasta 2016 inclusive, se disputaba como un evento individual, todos contra todos, y el ganador estaba determinado por el golfista que menos golpes realizaba al terminar la competencia. Esta modalidad se conoce como Stroke Play y es la más adoptada en los torneos profesionales. Pero algo ocurrió luego de esa edición.
El comité organizador del torneo pensó en adoptar una nueva modalidad. ¿Razones?
Este torneo se disputa apenas dos semanas después del primer trofeo grande (major) de la temporada, el Masters de Augusta, disputado en su mayoría por golfistas en las primeras posiciones del ranking mundial. Un Masters que es demandante desde lo emotivo, en el juego y en el físico.
Esta ‘resaca’ post – Masters hizo que, en 2017, ninguno de los primeros 15 rankeados compitieran en el RBC Heritage, y solo uno lo hizo en el Texas Open, torneos posterior y anterior a Augusta, respectivamente. Algo que, hasta el 2016, también afectaba al torneo de Louisiana.
A partir del 2017, se transformó en un evento en parejas con el ánimo de darle más entusiasmo al Tour y presentar un formato diferente. Con el nuevo Zurich Classic, seis de los diez primeros y 13 de los top 25 se anotaron para jugar.
¿Qué fue lo que atrajo a los grandes golfistas a suspender el descanso luego de Augusta?
Es sabido que los torneos de Golf por equipos son de gran atracción. La fantástica Ryder Cup, que enfrenta a los Estados Unidos contra Europa, respalda nuestro enunciado.
Las parejas se disputan la corona bajo dos modalidades de golf: Foursomes y Fourball. En la primera, la pareja juega con una sola pelota, alternando un tiro cada golfista. En la segunda, cada miembro del equipo disputa su bola. El score de cada hoyo, en este último caso, es el del jugador que menos golpes realice, haciendo del Fourball una variante más amigable con los jugadores. El torneo, para darle más dramatismo, cierra el trofeo con la modalidad del tiro alternado.
Desde 1934 que no se incluía un torneo oficial en el Tour con Foursomes. El mítico campo de Pinehurst Resort, en Carolina del Norte, sostuvo ese galardón por 83 años. ¡No se lo pierdan el año que viene!
Por Federico Wiersba (No Está Dada)